10 de abril de 2016

La corrupción



·         Los argentinos nos hemos quejado siempre de la corrupción, es algo que nos indigna.

·         Pero esto dura generalmente hasta que se nos da una oportunidad; en ese caso echamos mano de frases o auto justificaciones, como “hay tantos corruptos que si no aprovecho yo, lo hará otro”; lo importante no es el principio sino “que no se sepa”. También: yo hice tanto por la empresa (o el gobierno) y ésta nunca me lo ha reconocido. Yo produzco para el país, pero el gobierno me roba constantemente para mantener a los vagos de los planes sociales, es hora que deje de ser zonzo (evasión de impuestos) y piense en mí mismo.

·         Esto, en todas las clases sociales, cuanto más alto se está, mayor es el robo.
·         La justicia actúa rápidamente y fácilmente con los corruptos pobres pero encuentra obstáculos para hallar y castigar a los corruptos ricos; un motivo es que éstos se encuentran en redes de corrupción donde todos se amparan entre sí, todos tienen algo que ocultar; además de esto, muchos jueces y fiscales de dejan convencer por estos ricos corruptos y pasan el resto de su vida con mucho confort.

·         La corrupción está muy difundida, no diré que seamos los peores del mundo porque existe en todas partes. Pero acá hablaré de Argentina.

·         Y no hay corrupción de derecha o corrupción de izquierda, ni corrupción de altos y bajos, lo que hay es simplemente y nada menos que corrupción.

Otro capítulo aparte se merece el periodismo argentino de la actualidad. Sabiendo la tendencia del argentino a opinar de todo, incluso de lo que no sabe, llamémosle “pensamiento rápido y fácil” o “pensamiento de café”, cierta TV se ha convertido en un tribunal donde los periodistas se han convertido en jurados, investigadores y fiscales y el televidente hace de juez. Los periodistas encaminan, orientan las conclusiones con sugerencias y sentimentalismo, saben qué callar y qué decir para que el televidente emita su veredicto a conveniencia de ese periodismo amarillo y político. Son horas y horas de “juzgamiento”.

Esta actitud es la de TN y canal 13, periodismo militante, aunque se auto proclamen como “periodismo independiente”. No tiene nada malo el periodismo militante, siempre que se lo reconozca como tal; muestra un lado de la verdad, pero sin hacer creer que es un periodismo desinteresado. El periodismo puede ser militante, pero sin hipocresías.
Ejemplo de periodismo militante es ahora el programa Economía Política de C5N, conducido por Roberto Navarro. Es muy informativo, pero ojalá no caiga en la tentación de tratar de emular a TN, con otro signo. No debería confundir sospecha o hipótesis con culpabilidad. Sería muy importante para el MNPyD (FPV, Partido Solidario, Nuevo Encuentro, etc.) que informe sin deformar la información. No tendría que poner rótulos con mala leche como “ruta del dinero K” (un supuesto) o “la rosadita” para nombrar a una financiera de Báez, sugiriendo proximidad con el gobierno, que el público televidente los toma sin más como hechos comprobados.

Pero lo peor de cierto periodismo actual es cuando no en un programa sino en todos los programas de un canal se dice y se oculta lo mismo, dando a los televidentes reacios a cambiar de canal que lo que se dice es la verdad del momento. Formadores de opinión profesionales, deshonestos con el televidente, mentira al final. Esto se agranda al paroxismo cuando no se trata de un solo canal sino de todos los canales de un multimedio y además en radio y diarios de su pertenencia. Es lo que ocurre con los medios del grupo Clarín. Hay una única verdad, y es la de la corporación mediática. Lo peor que es eso lo que se va a aumentar aún más con la derogación de la ley de medios.

Otro problema en la lucha contra la corrupción es el sistema judicial que tenemos. Algo o muchas cosas están mal en nuestro sistema. No puede ser que la sentencia de un juez dependa de su color político. Todos los jueces tienen libertad de tener sus preferencias políticas, pero si realmente es un profesional, el resultado no puede estar influenciado por este motivo, sino por la letra y el espíritu de la ley solamente. Caso contrario, es un juez que no merece serlo. Se debe impedir el nepotismo y mejorar el sistema de nombramiento de jueces.

En la Oficina Anticorrupción, el gobierno pretende echar a Echegaray porque éste pretende que no solo se investiguen los hechos relacionados con el gobierno de Cristina y de Néstor sino también que hagan investigación en tiempo real, es decir, que se investigue también lo que hace al gobierno actual. Inaudito, eso no es luchar contra la corrupción sino contra de cierta corrupción.

CAN (Tuco)


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