2 de julio de 2011

AUTOAYUDA



Autoayuda
1. f. Método o sistema de ayuda que uno puede prestarse a sí mismo para mejorar algún aspecto de su conducta o de su personalidad. (Diccionario RAE)

Se trata de consejos o recetas de vida que se supone son para ayudarse uno mismo. En los libros de autoayuda se dan criterios de cómo enfocar distintos tipos de problemas que hacen a la salud emocional de las personas. Se basan mucho en el autoconvencimiento que puedan lograr en los sujetos, más que en el conocimiento en sí mismo.
A los consejos que se dan le suelen llamar “filosofía de vida” y por este término confuso que queremos hablar aquí de esto. No es una filosofía, son solo consejos, veamos...
La autoayuda implica “recetas” sobre cómo actuar en distintas circunstancias. Se las lanza en libros que tienen un gran éxito de ventas porque prácticamente todo el mundo tiene problemas, porque vive y la vida tiene sus problemas y satisfacciones. Pero estimo que es irresponsable lanzar recetas universales iguales para todos, porque somos diferentes. Ni un psicólogo ni un psiquiatra serios pueden ignorar esto.
Generalmente buscan la autoayuda personas que padecen de conflictos internos no resueltos y necesitan un bastón donde apoyarse, algo que parezca “una razón” para seguir adelante. No buscan ayuda para resolver esos conflictos internos. No buscan esa razón dentro de sí mismos sino en algo externo. Y es muy importante el grado de convencimiento que logren (hasta la autosugestión) en lo acertado de las recetas (fe).
Por ejemplo, para algunos los consejos de una congregación religiosa pueden ser valiosos, para otros no. Pero hay libros para todo tipo de lectores y a veces aciertan con el sujeto al que se dirigen.
Razonando, llegamos a que los “consejos de vida” son el resultado de:
·        Conocimientos de psicología

·        Conocimientos de filosofía y una cierta selección de valores.
·        La urgencia de éxito económico o de prestigio del autor. Más que profesionales, suelen ser comerciantes psicológicos.
Filosofía
La filosofía es otra cosa, es conocimiento fundamentalmente, desde las perspectivas más amplias posibles, abarca la historia, el conocimiento científico, la ética. Pero no es psicología.
La filosofía no da consejos de cómo vivir, la filosofía pretende conocer sobre la vida, sobre el hombre y su historia, pero sin ninguna atadura, sin los límites que nos impone la división del saber en disciplinas, en compartimientos estancos.
Por ello el filósofo puede interesarse en las actitudes humanas en general y en distintas circunstancias. Se interesa por ello de la ética y de la moral; también de la antropología, de las teorías de la evolución, de la ciencia y su método, pero por sobre todo del hombre en su medio y en su tiempo. También se interesa de la estética y su evolución en el tiempo, de la ciencia política, de las utopías del hombre, de sus mitos; del lenguaje y su relación con los conceptos; de la lógica y de la matemática; de los sistemas sociales y de todos los sistemas, especialmente de los que tienen al hombre como partícipe. En definitiva, la filosofía no tiene límites.
Autoayuda de la filosofía
¿Entonces la filosofía no sirve de guía al comportamiento humano? Sí, sí sirve, pero lo hace indirectamente, a través del conocimiento, del crudo conocimiento. Y tiene la ventaja de que lo hace desde una perspectiva sumamente amplia, tanto como podamos. Con la filosofía una persona saca sus propias conclusiones y elabora sus determinaciones de cómo vivir mejor para él y la sociedad, no se basa en recetas dadas. Con el conocimiento se logra equilibrio y tranquilidad; se neutraliza el bombardeo mediático sobre el deber ser y pensar y los prejuicios de la herencia cultural. En definitiva, nos hace más libres.
Pero si el problema individual está no en la formación sino en problemas psicológicos, lo mejor es un buen profesional, que puede ser un psicólogo o un psiquiatra, según el caso. Pero profesionales serios, no exitistas.
Conclusiones
  • La filosofía de vida, tal como se usa vulgarmente, es un término inadecuado.
  • La llamada autoayuda puede servir a determinadas personas o ser solo una pérdida de tiempo.
  • Si hay problemas psicológicos, lo correcto es acudir a un buen profesional psicólogo o psiquiátrico según sea el caso.
  • La filosofía ayuda muchísimo, cuando el problema es de mala formación del individuo. Da elementos para que una persona ordene sus pensamientos por sí mismo y tenga una visión global de la vida. Las actitudes que deriven de esto pueden ser muy provechosas.
 Tuco.

Nota: Si tienen algún aporte que hacer, les agradeceré lo inserten en Comentarios, así lo pueden ver todos los lectores. Gracias.

22 de junio de 2011

Izquierda, derecha, progresismo, conservadorismo y populismo



Hace unos días en un foro de filosofía se planteó una discusión sobre el significado de los términos del título. Para sorpresa, esos términos que usamos todos los días pareciera que no tienen el mismo significado para todos. Por este motivo es que empecé a hacer un examen del significado de esos términos. Empezaré con los dos primeros, sobre los que hay más consenso. No tendré tanto en cuenta la historia de esos términos como su significado actual.

Las características de las personas de izquierda creo que se pueden sintetizar en:

Izquierda

  • Crítico, disconforme social.
  • Sensibilidad por los sectores sociales pobres, sin oportunidades y por los explotados por el sistema capitalista.
  • Cuestionamiento total o parcial del sistema económico capitalista.
  • Rechazo de las jerarquías que defienden al sistema capitalista, como iglesia, ejército, grandes corporaciones.
Dentro de la izquierda se diferencian muchos sectores según:

a)     El objetivo final. Están los que desean reemplazar el sistema capitalista por uno socialista y los que solo desean reformar y controlar el sistema imperante. Pero también están los snobs que no saben realmente qué quieren pero adhieren a ídolos políticos y a grupos más por los métodos de protesta, que les permiten manifestarse como disconformes. Se trata mayormente de jóvenes.
Respecto del sistema socialista como objetivo final, es un tema casi tabú, de esto no se habla mucho ni se analiza. Hasta ahora no ha habido ni un sistema socialista como el que soñaron los ideólogos del siglo XIX, no se sabe a ciencia cierta si es un sistema posible, estable, ésta es mi opinión personal.
b)     Los métodos políticos para lograr sus fines. Dentro de los métodos, están los revolucionarios y los reformistas. Los primeros son partidarios de los movimientos de masas, violentos, que conduzcan a la toma del poder político. Los reformistas descartan la toma del poder violenta, se resignan a un sistema capitalista pero adhieren a buscar reformas parciales mediante el juego democrático representativo y movimientos masivos no violentos.

Los revolucionarios y los reformistas a veces coinciden cuando la meta de la lucha se centra en derrocar a un dictador (objetivo próximo), dejando para después la definición de los objetivos finales. En este caso, hasta los reformistas son revolucionarios. También coinciden en movimientos masivos de protesta del tipo “que se vayan todos” o de los “indignados”.

Es muy frecuente, especialmente entre los revolucionarios, que basen su prédica y su lucha en un “mesías” intelectual, aunque sea del siglo XIX (Marx, Engels, Lenín, ...); no lo digo en forma despectiva por esos intelectuales sino por los que toman sus enseñanzas como “palabra revelada” en vez de considerar que son pensadores, por más relevantes que sean son solo eso y que no han vivido ni sospechado la evolución del capitalismo original al actual (150 años), donde la diferencia de clases ya no es tan evidente por lo menos en valores, como lo fue durante la revolución industrial. Ahora impera el pensamiento dominante y ya no se puede distinguir bien la mentalidad de un obrero de la de un capitalista. Es que culturalmente están ganando los poderes económicos. Estos grupos revolucionarios no suelen tener gran arraigo entre las masas.

Populismo.
Es hacer política apelando frecuentemente al pueblo como fuente de poder,  diciéndose defensor de éste y promoviendo movimientos de masas en su apoyo.  Puede ir asociado a procesos de democratización o no. Puede desembocar en dictaduras, algunas de las cuales pueden ser transitorias o prolongadas. Puede dar lugar a gobiernos de derecha o de izquierda. Incluso a gobiernos democráticos.
Se le suele dar erróneamente el significado de demagogia, lo que no es correcto, porque la demagogia es ampliamente usada por sectores de diferentes signos políticos, hagan o no uso del poder de las movilizaciones populares.
El término populismo se ha usado en política con dos acepciones diferentes; una de ellas tiene un significado positivo, pero también se usa con una connotación peyorativa por los sectores sociales afectados.
El término por sí solo no explicita la posición política resultante.

Progresismo

Implica partidario del cambio. Pero usa actualmente como sinónimo a “de izquierda”, no le veo sentido porque es una definición demasiado amplia y porque si se impusiera un sistema socialista, los progresistas serían los de derecha.

Veamos qué dice Wikipedia (http://es.wikipedia.org/wiki/Progresismo) :

Progresismo y progresista son términos ideológicos de aplicación genérica, que agrupan doctrinas filosóficas, éticas y políticas identificables de un modo amplio con la Revolución francesa de 1789 y movimientos sociales en Estados Unidos a inicios del siglo XIX. En términos sociales, el progresismo tiende a ser identificado con la lucha por las libertades individuales y homologado al concepto liberal.
El progresismo actual varía en sus posturas ampliamente.
En Europa representa un sinónimo de la “nueva izquierda”, de carácter democrática y no necesariamente marxista, que se amplía para defender ciertas causas: aborto, libertad sexual, laicismoecologismoregionalismo, etc.
En América Latina, el progresismo está asociado a corrientes políticas complejas que promueven el nacionalismo, el antiimperialismo o incluso el socialismo.
En Estados Unidos, existen dos grupos distintos que disputan el uso del término progresista. Por un lado, se encuentra la militancia en el ala más radical del Partido Demócrata (seguidores de Obama) y que promueven cambios sustantivos en lo económico y político. Por otro lado, existe el movimiento progresista tradicional, que busca romper el bipartidismo y generar “cambios radicales” desde el centro, como por ejemplo, cambios en la política inmigratoria y mayor Intervención del estado en la economía.
Deducimos de lo anterior que el término es muy ambiguo.
Veamos los de derecha.

Derecha

  • Partidario del libre mercado de capitales (liberalismo), sin importar el medio para lograrlo.
  • Logrado el libre mercado, defensor del sistema capitalista sin importarle sus defectos y consecuencias sociales.
  • Aceptación y defensa de las jerarquías que defienden el sistema, como son habitualmente el ejército, la iglesia y las corporaciones.

Conservadorismo  

Es conservador el que no desea el cambio. Es un término tan ambiguo como el de progresismo. En un sistema socialista, serían conservadores los partidarios del socialismo.

Conclusiones

Al hablar de derecha o izquierda, uno hace referencia necesariamente al sistema económico capitalista, aunque no se lo mencione. Teniéndolo en cuenta, se da más claridad a los términos.

En el caso de los de izquierda revolucionaria, muy raras veces se hace mención del sistema económico que se pretende como reemplazo, sólo se dice “sistema socialista” pero se mencionan como modelos a sociedades de transición en un medio extranjero hostil, lo que desnaturaliza los ejemplos, por no ser sociedades estables.

Los términos populismo, conservadorismo y progresismo son imprecisos y solo podrían ser empleados en un marco limitado en el que se puede entender su significado.

NB.: agradezco las colaboraciones de David Ceruti y Jorge Pronsato.

Tuco.

3 de mayo de 2011

Creencias, selecciones y decisiones

En base mayormente a las ricas discusiones que se han dado en el foro Filosofía y Pensamiento en lo que va del año, me he permitido sacar algunas conclusiones personales que deseo compartir.


CREENCIAS,  SELECCIONES Y DECISIONES
29/04/2011

  1. Percepciones. Nuestra interacción con el mundo almacena información. Esa información puede ser básica, solo sensaciones. Hasta que tenemos percepciones, es cuando nos “damos cuenta” de alguna relación entre esas sensaciones. Se forma así un concepto (con valor de hipótesis). Puede ser por ejemplo, una relación simple de causalidad. Los conceptos pueden derivar de sensaciones, percepciones y también de otros conceptos, todos mezclados.
  2. Por nuestra interacción con el mundo se entiende por un lado la realidad física, por otro la realidad mental (sentimientos, pensamientos).
  3. La percepción individual forma conceptos (opinión, juicio); derivan de muchas percepciones. Los comparamos con las percepciones y conceptos de los demás, lo cual también es percepción y ampliamos, mejoramos o corregimos nuestros conceptos. Según la definición de Wikipedia: "La percepción es un proceso nervioso superior que permite al organismo, a través de los sentidos, recibir,  elaborar e interpretar la información proveniente de su entorno”. El concepto "emergerá" de un conjunto siempre discreto de percepciones y de su evaluación en relación a otros conceptos previos, propios o ajenos.
  4. Los conceptos también dan lugar a otros conceptos.
  5. El gran conjunto de conceptos que formamos a lo largo de los años forma parte de nuestro mundo individual, pero no tanto, puesto que incluyen también en él percepciones de tipo social.
  6. Incerteza. Pero nuestra experiencia tiene límites y siempre queremos abarcar más. No tenemos más remedio que basarnos frecuentemente en percepciones ajenas. Se nos presentan por lo general varias opciones en cada campo del conocimiento. Tenemos que optar. ¿Cómo lo hacemos? Lo hacemos en base a lo que nos inspire más confianza. ¿Por qué? Por señales, a veces muy sutiles e inconscientes que nos inspiren confianza. No hay certezas, pero las tomamos como ciertas. Es decir que tenemos que seleccionar, elegir entre varias opciones. El resultado es algo personal. Influyen entre otros:
    1. Simplemente pistas
    2. Preferencias personales.
    3. Intereses personales.
    4. Probabilidad.
    5. Conceptos previos.
  7. ¿por  qué diferentes personas vemos lados distintos (…de las cosas)? Mi respuesta es que, viendo lo mismo, nos interesan diferentes aspectos de las cosas. Y por supuesto esta diferencia de intereses obedece a que somos objetivamente distintos. Las diferencias de clases suponen intereses distintos y, por tanto, concepciones distintas del mundo. Entonces, somos individualmente distintos, porque nuestra constitución orgánica (agrego yo: y nuestros diferentes intereses, nuestra diferente historia) nos hace evaluar de diferente forma lo percibido, y en esa misma medida elaboraremos creencias diferentes. No hay nada más querido y anhelado por quienes tienen creencias de corte autoritario, que un conjunto de individuos piense igual, cuya sincronía conductual permita la adopción de modelos sociales cerrados a las diferencias. Estos modelos por supuesto no son patrimonio de ninguna tendencia en particular, los hay de derecha, de izquierda, religiosos, segregacionistas, esotéricos, etc. Por otra parte no hay nada más vano e inútil, que pretender que las creencias y conductas humanas pueden llegar a ser iguales o mantener su coincidencia en el tiempo. La naturaleza de nuestra condición nos muestra a diario cuánto van cambiando nuestras creencias y las certezas que de ellas se desprenden. Este cambio es fruto de las nuevas relaciones mentales que hacemos con el conocimiento adquirido. La subjetividad que lleva a la creación de una creencia es la misma que nos hará modificarla muchas veces a lo largo de la vida.” (S.A. Klein).
  8. Lo anterior significa que nuestras “verdades” estarán siempre más o menos contaminadas por probabilidades e intereses cuanto menos. Somos humanos y limitados, es lógico que sea así. Estas “contaminaciones” darán lugar a un pensamiento que estará más o menos alejado de la “realidad objetiva”.
  9. Ni que hablar cuando nuestras percepciones están basadas en nuestros deseos psicológicos, esperanzas y temores y no en la realidad, en hechos. Es el caso de las creencias religiosas y las supersticiones en general. Aquí ya no hay confrontación con la realidad, las afirmaciones ya no son falsables, aquí creemos lo que queremos creer, lo que nos hace bien. Aunque a estas creencias las disfrazamos como podemos con relatos históricos, “filosofía”, testimonios tomados sin ningún rigor científico, no están basadas en hechos verídicos ni comprobables. O simplemente creemos en burdas supersticiones (horóscopo, borras de café, etc). Solo tienen el valor de mentiras que nos hacen bien, que queremos creerlas pero que no tienen asidero en la realidad.
  10. Concepción de vida. De concepto en concepto, vamos formando conjuntos de conceptos, algunos propios, otros ajenos. Ya no se distinguen unos y otros. Pero los adoptamos como ciertos. Pasan a formar parte de nuestras convicciones personales.
  11. Para poder confrontar nuestras convicciones con la realidad, debemos tener convicciones personales. Si salen bien de la confrontación con la realidad, se fortalecen. Si no, empezamos a dudar y a buscar un concepto que los reemplace y que soporte esa confrontación.
  12. Parte de estos conceptos son de tipo ético, porque parte de la realidad es la sociedad, a la que necesitamos. En ética empleamos concientemente o no el criterio de conveniencia social; para esto se debe tener una visión de lo que se cree más conveniente socialmente y esto es ya una toma de posición importante. Lo que creemos más conveniente socialmente (en determinado momento histórico), genera valores, que van a teñir toda nuestra concepción de vida.
  13. Imagínense la cantidad de conceptos que vamos acumulando desde chicos. Son parte de nuestro mundo. Es nuestro marco de referencia. Todo nuevo concepto lo confrontamos con la realidad y con nuestros mismos conceptos adquiridos anteriormente. Es un mundo. Este mundo forma lo que podemos llamar nuestra concepción de vida. Se ha ido formando mediante un proceso de percepciones, conceptos, selecciones y decisiones, basados en nuestra experiencia y en la ajena. En las selecciones y decisiones está involucrada nuestra personalidad y nuestra particular visión del mundo. Nuestros gustos de cómo debe ser la sociedad. También nuestros intereses.
  14. Este cúmulo de conceptos articulados son tan fuertes cuando ya han pasado muchas confrontaciones que los tomamos erróneamente como “verdaderos”, nos olvidemos de su contenido de plausibilidad, aunque gran parte de ellos estén basados solo en probabilidades o en posibilidades y distorsionados por nuestros intereses. Pasan a ser parte de lo obvio para nosotros, los sobreentendemos, los damos como ciertos. Son nuestro patrón. Solemos olvidarnos de su origen y de que son diferentes en distintas personas. Lo que se ajusta a ello es cierto, todo lo demás es erróneo.
  15. Tan es así que cuando discutimos con alguien no los explicitamos, damos por sobreentendido que son evidentes. Tendemos a creer que todos piensan igual cuando no que todos deben pensar igual. Sin embargo, frecuentemente son la razón de la falta de acuerdo en una discusión y la razón del “diálogo entre sordos”.  Cuando hay en una discusión diferencias que se repiten en el tiempo, si hay verdadero interés en comprender, se deben revisar los principios que cada uno tiene y desde los que uno parte.
  16. Conclusiones.  “La verdad”, ya sea en el campo de la ciencia, de la ética, de la filosofía, toma la categoría de una utopía porque es inalcanzable. Todo lo que hagamos tiene el sello de lo humano; y no hay otra cosa. La ciencia ha progresado; el método exitoso que ha empleado y que ha permitido sus logros es el método hipotético deductivo. Los resultados han sido hechos resultado de las teorías que se han elaborado. Pero esas teorías no son explicaciones sino modelos útiles. Aprendimos que una teoría se sostiene si es falsable o sea, comprobable mediante confrontación con la realidad. Y la misma falsabilidad es la que permite que más tarde podamos decir que hemos elaborado una teoría mejor, y así… La zanahoria es “la verdad”. Pero la verdad es realmente el método de conocimiento que nos permite avanzar.
Carlos Alberto Navarro

Más sobre creencias: http://www.redcientifica.com/doc/doc200809010008.html de Sergio Aranda Klein

10 de febrero de 2011

Lo natural

Hace unos días un amigo (J. Surraco) me comentaba qué poco comentarios que tenía en su blog, a pesar de la mucha gente que lo visitaba. Le dije que mi experiencia era igual. Entonces pensé en hacer un experimento con los lectores. Si, con ustedes mismos. Consiste en plantear un tema mediante un breve esquema en borrador, que es el que sigue abajo. Luego, publicarlo e invitarlos a desarrollar la temática según sus propias experiencias y conocimientos. Para hacerlo, pueden picar en "comentarios" y escribir sus opiniones o si lo prefieren enviar un email a tuconavarro@gmail.com . Salvo que me digan lo contrario, las publicaré a todas. Veamos qué pasa. Hasta pronto (espero no llevarme un chasco). 


Recomiendo leer también "Reflexiones sobre la teoría de la evolución" que está en la etiqueta "Evolución".

Tuco Navarro

Lo natural


  • Siempre me llamó la atención ver observaciones sobre las bondades de lo natural. Se dice “esta medicina es natural”, sobreentendiendo que por eso es mejor. Se alaba una forma de vida en contacto con la naturaleza como más sana.
  • Pero… qué es lo natural, o mejor planteado, qué no lo es? Que yo sepa, todo es natural y nada no lo es. Yo puedo preparar un compuesto químico en un laboratorio y eso es natural, nos guste o no. Es que el hombre también es natural y el resultado de su acción con el medio también lo es. El hombre es un animal y los animales son naturales. Los elementos de la tabla de Mendeleiev son naturales también.
  • Si, ya se, dirán que al hablar de lo natural estamos hablando desde el punto de vista de Darwin y de la selección natural cuyo resultado es mejor que lo que había anteriormente, que por eso es una selección. Si y no. No siempre el resultado de esa selección es mejor que lo anterior, pero en general es así. La vida animal y vegetal va en evolución en general. Que vaya en evolución no quiere decir que sea perfecta. Es como eso que nos suena a los argentinos: “estamos mal pero vamos bien”.
  • Que “estamos mal” quiere decir que la naturaleza no es perfecta. Si lo fuera, no se necesitaría la medicina, por ejemplo. Y que una infusión de un yuyo sea mejor que un medicamento es un despropósito (aunque esto también puede llegar a pasar en un mundo donde la ciencia está tan mercantilizada).
  • Cuando decimos que algo es natural, se quiere decir que es sin la intervención del hombre; ¿porqué? ¿El hombre no es natural? Y si consideramos a todos los productos del hombre y de la naturaleza como naturales, es que lo artificial entonces no existe. Somos parte de la naturaleza. Es más, en varios campos estamos reemplazando a la naturaleza, es un hecho que no se puede parar, entonces mejor dedicarnos a controlarlo, asumir nuestra enorme nueva responsabilidad y no dejar que tome el control la actividad privada, porque ésta solo se interesa por las ganancias y no de los seres humanos y su ambiente.
  • ¿Es que ya no funciona más la teoría de la evolución natural? Funciona, pero cada vez menos y nosotros los seres humanos somos los responsables de ello. Estamos ahora en la era de la postevolución.

31 de enero de 2011

El hombre y sus mitos

El hombre y sus mitos
Prefacio

Como soy conciente de que no le he dado a este estudio la seriedad académica que se merece, por ello pido se lo lea solo como un ejercicio de ficción (si es eso posible).

El hombre

Desde hace demasiado tiempo se ha tratado de estudiar al hombre y su comportamiento. Se ha intentado entenderlo diciendo que se “ha entregado” a cualidades sustantivadas, como la codicia, la envidia, el amor, el odio, etc. Se ha entregado como podemos entregarnos, alienarnos a un dios, a algo externo. Si, se ha tratado de ver los motivos en extremos externos al hombre, “que ha caído” en algunos de esos sustantivos. Tal cual los romanos o griegos antiguos podían entregarse a sus dioses, que casualmente representaban a atributos humanos  extremos.


Es decir, nos quitamos responsabilidad, decimos “se ha dejado ganar por” y luego viene el adjetivo sustantivado.

Se habla del “bien” y del “mal” como entes, se le atribuyen dioses inclusive.

Sabemos que lo que está bien es relativo, depende para quién está bien, en qué circunstancias. Lo que es bien para uno puede ser mal para otro. También lo que está bien y lo que está mal depende en una misma sociedad de la época de la que estamos hablando.

Si los motivos del comportamiento humano no son estos “dioses” externos a él, hay entonces que buscar los motivos en el hombre mismo y en las circunstancias que ha vivido.

Caliente, caliente, pero no basta. Habría que buscar los ejes motivadores de los cuales se derivan los demás (si los hay). Ver más en profundidad.

Las sospechas y una hipótesis

Ver más en profundidad es lo que permitió a “los maestros de la sospecha”, Marx, Nietzsche y Freud llegar a donde llegaron. Claro que tal vez nosotros no seamos ellos, pero tenemos una gran ayuda: Darwin.

Llegados acá podríamos sentar una hipótesis, una gran hipótesis: que para entender los comportamientos humanos debemos considerar que todos los comportamientos del hombre giran alrededor de una finalidad principal para la que parecemos estar como programados de antemano: sobrevivir como especie.

¿Por qué esta hipótesis y no otra? Porque si hemos sobrevivido como especie durante más de 2 millones de años a pesar de ser tan débiles físicamente, es muy plausible que la hipótesis sea cierta, sino no estaríamos acá.

Además, si nos fuera posible construir un robot parecido a un ser humano y hubiera que programarlo, lo primero que se nos ocurriría sería imponerle como primer objetivo que se autoconserve como especie, o sea, que sus actos no atenten contra su seguridad (salvo que esto no nos convenga a los humanos).



Un amigo (Juan K.) me hizo la observación de que porqué esta hipótesis para los seres humanos y no para todos los animales. Si, tiene razón. Pero lo que nos interesa aquí son los seres humanos y quiero destacar una base para entender la mayor parte de las actitudes humanas, por eso solo hablaremos aquí del hombre. 

Consecuencias de la hipótesis

Viéndolo así, no parece descabellada la importancia que Freud le da al sexo en el comportamiento humano, porque sin sexo no hay supervivencia. Tampoco la búsqueda de poder de la que hablaba Nietzsche, porque sin poder no hay seguridad y sin seguridad es muy difícil la supervivencia.

Al ser el hombre un animal depredado, porque su cuerpo es débil, la mejor solución para la supervivencia es la agregación, o sea la vida en sociedad. Es primitivamente una conveniencia.

La necesidad asociativa del hombre, porque es débil físicamente, es importante para la supervivencia. El ansia de poder, en todas sus graduaciones, es algo natural y necesario también. Me refiero a dominar situaciones, desde las más insignificantes a las más importantes. Son las que generan seguridad.

Por búsqueda de poder significamos búsqueda de control en todos los niveles, poder con nuestros hijos, con nuestros compañeros, etc. Dominar situaciones (aunque aparentemos apertura a los deseos de otros), desde las menores a las más grandes.

Otra cualidad importante para la supervivencia es la capacidad de adaptabilidad a distintas circunstancias, y el hombre parece ser un campeón en este sentido. Ante nuevas circunstancias, rápidamente elige nuevas actitudes e imagina las justificaciones útiles; si, así, en ese orden; primero están los intereses personales, después la justificación de las actitudes. Esto es así porque primero está la supervivencia y después vienen los conceptos que hacen a nuestra concepción del mundo. De ese mundo. La concepción del mundo guía nuestros actos.

Para darse una idea de lo que hablo, pensemos en los alemanes durante el nazismo; casi todos supieron acomodarse a la situación en el nazismo para poder sobrevivir; y vaya si han habido de las más diversas justificaciones. Pasada la guerra, abandonaron sus actitudes anteriores y “volvieron a la normalidad” como si nada hubiera pasado. Fue un pasado que conviene olvidar.

De la hipótesis que estamos considerando surge la necesidad de asociación y la necesidad de acción individual que hace al poder individual. Pero estas dos necesidades son contradictorias. Es que esta gran contradicción es también atributo del hombre, me refiero a la contradicción entre necesidad de asociatividad vs. necesidad de adquirir poder individual. Algunos le llaman sociedad vs. individuo, es lo mismo. Son dos necesidades contradictorias, derivadas de una sola: la supervivencia de la especie.

El capitalismo necesita de la asociación y al mismo tiempo de la competencia.

Y en esta contradicción permanente se desarrolla nuestra vida, podríamos decir que es lo que explica nuestras actitudes. Estamos, vivimos haciendo equilibrio entre estos dos conceptos. Y este equilibrio exige cambio constante porque las situaciones cambian.

Tampoco parece difícil de entender desde esta óptica la explotación capitalista denunciada por Marx, el hombre explotando al hombre y colaborando a la larga con él.

Vergüenza


Pero esta realidad de ser seres “programados” detrás del objetivo de sobrevivir (nuestra hipótesis) nos da vergüenza, no podemos ser tan simples, queremos ocultarlo. Ser solo un organismo con un fin mezquino no es agradable. Esperábamos más, históricamente nos ilusionamos con más y estamos engreídos. Por eso creamos cuentos, elaboramos mitos que queremos creer. Que lindo si fuera así... Nuestro fin es uno superior al de solo sobrevivir… Nuestra motivación es… el amor… por ejemplo, qué lindo…condice con toda la tradición. No competimos, colaboramos. No somos egoístas, sino altruistas. Nos hacemos los estúpidos, no vemos lo que realmente tenemos delante de las narices, que nos movemos detrás de nuestros intereses y solo vemos lo que queremos imaginar. Solo que en épocas de bonanzas podemos disimularlo mejor. Cuando hay escasez no tanto. Se nos ve la hilacha. Tampoco cuando estamos por recibir una herencia…


En realidad y viéndolo fríamente, no tenemos otro proyecto fundamental más que sobrevivir, o sea, no tenemos nada; la nada es lo que está más próximo a nosotros. No, no lo podemos admitir.

Por suerte, inventamos objetivos “importantes”. Y esos objetivos nos hacen actuar. Jugamos. Nos construimos fines. Inventamos el arte, lo disfrutamos y nos damos empresas para estar ocupados. Cuando más ocupados mejor. Tenemos conciencia de ser algo distinto a lo demás de la naturaleza y al mismo tiempo no nos gusta sentirnos así, separados, preferiríamos estar integrados en la naturaleza; y es mediante la acción (adquisición de conocimiento, modificación de lo natural) que nos sentimos bien, integrados, es decir, dominando (cuando no) la naturaleza (E. Fromm).

Somos muy problemáticos. Queremos integrarnos en la naturaleza y por otro lado nos gusta sentirnos diferentes y capaces de cambiar la naturaleza. Y lo hacemos, para bien o para mal. Tan es así que con nosotros ya la selección natural darwiniana no funciona más. Es más, estamos reemplazando a la selección natural de todos los animales y plantas con nuestra ciencia. Y así como la naturaleza comete errores, también nosotros podemos cometerlos…Espero que se demore mucho el momento en que hagamos una gran macana. Pero pensándolo bién, la naturaleza por sí sola ya hace macanas: terremotos, huracanes, por ejemplo.

Valores


Pero para poder vivir en sociedad hacen falta reglas; aunque no bastan. Hacen falta también valores, que son los que le dan sentido y fijan a las reglas. Es que no se trata solamente de reglas escritas, están también las leyes tácitas, las aceptadas por gran parte de la sociedad. En las tácitas encontramos la ética, nuestra ética personal. En las escritas la moral de una cultura.


En épocas primitivas algunos valores estaban principalmente relacionados con la defensa de la comunidad: el coraje, las habilidades guerreras (no solo para defenderse sino para conquistar), la sabiduría, la fidelidad a la tribu, ciudad, etc. Eran herramientas útiles a esa sociedad.

Después los valores fueron cambiando, así ahora son valores importantes estos otros: la competitividad, el afán de lucro, ser famoso, exitoso. En definitiva lo importante no son los valores en sí mismos sino la utilidad que tienen en cierto momento en una sociedad. Los que mencioné son de la sociedad capitalista.

Con los valores se construyen los principios éticos que tienen como misión muy importante en la sociedad el de darnos una seguridad sobre las actitudes que pueden adoptar las demás personas. Al poder predecir los límites de las actitudes ajenas, limitamos el azar y logramos seguridad y confianza en el prójimo. Ésta es la base de la prosperidad de una sociedad. Es que la confianza en el prójimo es la base de una sociedad para ser próspera y solidaria.

El concepto de nosotros

También hacía falta poner límites a lo que consideraríamos como “nosotros”, porque los bienes eran limitados. Había que tener un principio excluyente. Los dignos éramos esos “nosotros” solamente, el resto eran “bárbaros”, por ejemplo.

Una forma de preservar a la propia sociedad fue diferenciarnos de otras sociedades basándonos en cualquier criterio excluyente, para no tener que compartir lo que era escaso. Ese criterio excluyente puede ser una diferencia de aspecto (fenotipos), la lengua que se habla, el lugar en que se habita, etc. Son pretextos en realidad. La cuestión es diferenciarse. Se crea así un  concepto de dignidad conveniente que marca los límites del “nosotros”.

Por ejemplo en la Grecia Antigua, los dignos eran los Atenienses en primer lugar.

Actualmente hemos llegado a una situación en que estamos luchando para imponer el criterio más sustentado universalmente: el digno es el ser humano, sin hacer depender este concepto de ningún otro atributo. Hasta se está hablando de “los derechos de los animales”; claro que todos ellos no pueden llegar a ser dignos alguna vez, porque nos moriríamos de hambre, no?…

Así también, si llegáramos en el futuro (no lejano) a situaciones críticas por escasez de alimentos o cualquier otro bien fundamental (agua, petróleo, etc), podría llegarse a estrechar el concepto de dignidad en los hechos y posteriormente surgirá una “teoría” que avale esa posición y justifique la mezquindad. Es simple y espantoso: somos pragmáticos. Espantoso porque hemos querido creer que no lo éramos.

Anquilosamiento

 Pasando el tiempo, las reglas y valores útiles se transforman en paradigmas indiscutibles. Se pierde la noción de los porqués. Se habla de la “naturaleza humana” o “de la moral impuesta por Dios”.  Es consecuencia del pensamiento acrítico y conformista.

Siguiendo esta imaginería, se habla de patriotismo, del amor, de la bondad, de la maldad, del altruismo. Estos conceptos toman vida propia, separándose de las necesidades que los originaron. Para que perduren, hace falta que se transformen en mitos, en verdades incuestionables. Y así fue en general.

Otra perspectiva para algunos conceptos habituales

Pero veamos otra forma de analizar algunos conceptos usuales en base a la hipótesis inicial.

Amor. Sería una atracción entre dos personas o entre una persona y alguna actividad que causa satisfacción. La atracción entre dos personas puede estar fundada en el sexo (reproducción) y en la posibilidad de complementarse y/o aguantarse. Atracción por su propia familia, su propiedad, hecha a su deseo.

Egoísmo. El egoísmo también permite entender el amor. Todos somos, nacemos egoístas, no lo podemos negar ni evitar. Es una propiedad innata del ser humano. De esto partimos. Es una ley de la supervivencia que hace que cuidemos de nosotros mismos. Lo primero que existe soy yo (y mi mamá). A medida que crecemos y nos relacionamos, aprendemos a ampliar este egoísmo, porque ahora nos interesan también las otras personas próximas que son de mi mayor interés. Pero el egoísmo no desaparece en realidad. No puede desaparecer, porque tenemos conciencia de nosotros mismos, pensamos en nosotros mismos. Ahora es un egoísmo transformado, porque las personas que queremos han pasado a formar parte de mí mismo, son parte de mi propio interés. Aunque el egoísmo básico sigue estando. Y es saludable que esté. Es el que hace que nos amemos. Si no nos amamos, no podemos amar a los demás.

Bondad. Se habla de bondad y no podemos dejar de pensar en la idea de Dios. “Estamos hechos a su imagen y semejanza” o algo así. Pensémoslo de otra forma. Una actitud puede reflejar bondad si a otra persona le conviene. Mejor sería decir “esa actitud es buena para…”, porque depende de las circunstancias. Estamos impregnados de mitos. Nos resulta difícil pensar de un modo diferente de los conceptos judeo-cristianos, aunque seamos ateos.

Hasta aquí esta “fantasía”. Si al lector se le ocurren otros ejemplos de actitudes que se explicarían a partir de la hipótesis planteada de que estamos especialmente programados para sobrevivir como especie, por favor comunicárnoslo.

Pero me parece por lo visto hasta el momento que partiendo de ese principio nos explicamos más fácil (aunque crudamente) las actitudes humanas (y nos evitamos muchos desengaños).


RAE:

mito1.
(Del gr. μῦθος).
1. m. Narración maravillosa situada fuera del tiempo histórico y protagonizada por personajes de carácter divino o heroico. Con frecuencia interpreta el origen del mundo o grandes acontecimientos de la humanidad.
2. m. Historia ficticia o personaje literario o artístico que condensa alguna realidad humana de significación universal.
3. m. Persona o cosa rodeada de extraordinaria estima.
4. m. Persona o cosa a las que se atribuyen cualidades o excelencias que no tienen, o bien una realidad de la que carecen.


Aclaraciones sobre “El hombre y sus mitos”.


Creo que una dificultad en toda comunicación no es tanto como se dice lo que se dice, sino lo que no se dice, o sea los presupuestos desde los que se hace la elaboración. Son lo que se piensa (incorrectamente como) obviedades y por eso no se dicen. Pueden no ser necesarias decirlas en ciertos círculos donde ya se han hablado mucho ciertos temas y creemos erróneamente que ése es el “universo”. Es el problema de los supuestos. Escribo esto por una observación de un amigo, el que me dijo que no se entiende bien el artículo que publiqué en el blog.

Por este motivo, trataré de descubrir cuáles son esas obviedades en el caso de mi artículo “El hombre y sus mitos”:

  • El método hipotético deductivo (MHD) es el único método de conocimiento que ha arrojado hasta ahora resultados positivos o sea prácticos para el hombre en su relación con la naturaleza. En la naturaleza entendemos comprendido al mismo hombre.
  • Este método MHD indica que una afirmación, para ser valedera, debe ser falsable, es decir contrastable con la realidad.
  • No hay absolutos, porque para ver si vale la pena hablar de ellos, que son una suposición humana, tendrían que ser falsables.
  • Si las “verdades” dichas por el hombre se tomaran como absolutas, ya no serían falsables, por lo tanto es un absurdo decir que una teoría “es verdadera”; lo correcto es decir que es un modelo (provisorio) (hasta que se encuentre otro mejor).
  • No existen ni el espíritu ni el alma, porque no son comprobables y no hacen falta para explicar la actividad de la mente. Son en realidad una complicación innecesaria.
  • La teoría generalizada de la evolución actual (es más que la de Darwin solamente) es la mejor que hay hasta ahora y parece correcto que la naturaleza selecciona por el método de prueba y error, pero no se le debe dar a la naturaleza ningún carácter de ente con espíritu o cosa por el estilo.
  • De la teoría de la evolución surge que parece que todos los organismos vivos están como programados para sobrevivir, como primer objetivo. Por eso son tan importantes el hambre, el sexo y la asociación humana, que hacen hacia ese objetivo.
  • Si partimos de lo anterior, podemos entonces presumir que la necesidad de supervivencia es importante para explicar las actitudes humanas. Que vivimos en sociedad y nos comemos unos buenos asados (por lo menos aquí) ya lo sabemos.
  • Qué fácil que resulta así explicar el afán de ganancia del capitalista, la actitud de los herederos, las actitudes humanas ante una situación de carencia, etc. Aunque algunos ante tales situaciones actúen solidariamente, es solo hasta que apriete más el zapato.
  • Y nosotros qué somos? Sólo eso, un animal programado? Sí, parece que sí, pero tenemos nuestras libertades, nuestra cultura, gozamos de las artes y del buen vino. Podemos aprovechar para vivir socialmente y gozar de la vida, al menos hasta que vuelvan las carencias. Es así que es como si hubiéramos sido “arrojados” al mundo y nos hubieran dicho “arreglesenlás como puedan”.

En cuanto a los mitos, les llamo así, no se si correctamente, a los “sapos” que nuestra sociedad judeo-cristiana se traga en cuanto a las razones de las actitudes humanas. Mejor dicho, los queremos tragar, queremos creer en el cuento del amor (heredado de dios?), por ejemplo. Yo al menos al amor (atracción) lo veo como la ampliación de el egoísmo individual originario. Primero, de chicos, queremos (a mí y a mi mamá), luego ampliamos el círculo del egoísmo individual a los miembros de la familia. Luego a los amigos, Al barrio, a la ciudad, a la nación (concepto de patria), nos hacemos más universales, nos preocupa la vida de la gente de los países vecinos y de los que tenemos más relación, y así. No será una visión tan linda pero creo que es más realista. ¿O es que queremos auto engañarnos?

En definitiva, al hombre lo mueven sus intereses. Feo, verdad? Es porque estamos acostumbrados a verlo desde la perspectiva que nos inventamos. Repito, no se qué nombre darle a los conceptos en los que el hombre quiere creer, así que le llamé mitos (hasta que haya una sugerencia mejor).

 Tuco Navarro



Artículo relacionado:

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Sé todos los cuentos

Yo no sé muchas cosas, es verdad.
Digo, tan solo lo que he visto.
Y he visto:
Que la cuna del hombre la mecen con cuentos…
Que los gritos de angustia del hombre los ahogan con cuentos…
Que el llanto del hombre lo taponan con cuentos…
Que los huesos del hombre los entierran con cuentos…
Y que el miedo del hombre…
Ha inventado todos los cuentos.
Yo sé muy pocas cosas, es verdad.
Pero me han dormido con todos los cuentos…
Y sé todos los cuentos. Se solo lo que he visto.
Y he visto:
Que la cuna del hombre la mecen con cuentos…
Que los gritos de angustia del hombre los ahogan con cuentos…
Que el llanto del hombre lo taponan con cuentos…
Que los huesos del hombre los entierran con cuentos…
Y que el miedo del hombre…
Ha inventado todos los cuentos.
Yo sé muy pocas cosas, es verdad.
Pero me han dormido con todos los cuentos…
Y sé todos los cuentos.

León Felipe - Poemario, Parábola y Poesía