3 de mayo de 2011

Creencias, selecciones y decisiones

En base mayormente a las ricas discusiones que se han dado en el foro Filosofía y Pensamiento en lo que va del año, me he permitido sacar algunas conclusiones personales que deseo compartir.


CREENCIAS,  SELECCIONES Y DECISIONES
29/04/2011

  1. Percepciones. Nuestra interacción con el mundo almacena información. Esa información puede ser básica, solo sensaciones. Hasta que tenemos percepciones, es cuando nos “damos cuenta” de alguna relación entre esas sensaciones. Se forma así un concepto (con valor de hipótesis). Puede ser por ejemplo, una relación simple de causalidad. Los conceptos pueden derivar de sensaciones, percepciones y también de otros conceptos, todos mezclados.
  2. Por nuestra interacción con el mundo se entiende por un lado la realidad física, por otro la realidad mental (sentimientos, pensamientos).
  3. La percepción individual forma conceptos (opinión, juicio); derivan de muchas percepciones. Los comparamos con las percepciones y conceptos de los demás, lo cual también es percepción y ampliamos, mejoramos o corregimos nuestros conceptos. Según la definición de Wikipedia: "La percepción es un proceso nervioso superior que permite al organismo, a través de los sentidos, recibir,  elaborar e interpretar la información proveniente de su entorno”. El concepto "emergerá" de un conjunto siempre discreto de percepciones y de su evaluación en relación a otros conceptos previos, propios o ajenos.
  4. Los conceptos también dan lugar a otros conceptos.
  5. El gran conjunto de conceptos que formamos a lo largo de los años forma parte de nuestro mundo individual, pero no tanto, puesto que incluyen también en él percepciones de tipo social.
  6. Incerteza. Pero nuestra experiencia tiene límites y siempre queremos abarcar más. No tenemos más remedio que basarnos frecuentemente en percepciones ajenas. Se nos presentan por lo general varias opciones en cada campo del conocimiento. Tenemos que optar. ¿Cómo lo hacemos? Lo hacemos en base a lo que nos inspire más confianza. ¿Por qué? Por señales, a veces muy sutiles e inconscientes que nos inspiren confianza. No hay certezas, pero las tomamos como ciertas. Es decir que tenemos que seleccionar, elegir entre varias opciones. El resultado es algo personal. Influyen entre otros:
    1. Simplemente pistas
    2. Preferencias personales.
    3. Intereses personales.
    4. Probabilidad.
    5. Conceptos previos.
  7. ¿por  qué diferentes personas vemos lados distintos (…de las cosas)? Mi respuesta es que, viendo lo mismo, nos interesan diferentes aspectos de las cosas. Y por supuesto esta diferencia de intereses obedece a que somos objetivamente distintos. Las diferencias de clases suponen intereses distintos y, por tanto, concepciones distintas del mundo. Entonces, somos individualmente distintos, porque nuestra constitución orgánica (agrego yo: y nuestros diferentes intereses, nuestra diferente historia) nos hace evaluar de diferente forma lo percibido, y en esa misma medida elaboraremos creencias diferentes. No hay nada más querido y anhelado por quienes tienen creencias de corte autoritario, que un conjunto de individuos piense igual, cuya sincronía conductual permita la adopción de modelos sociales cerrados a las diferencias. Estos modelos por supuesto no son patrimonio de ninguna tendencia en particular, los hay de derecha, de izquierda, religiosos, segregacionistas, esotéricos, etc. Por otra parte no hay nada más vano e inútil, que pretender que las creencias y conductas humanas pueden llegar a ser iguales o mantener su coincidencia en el tiempo. La naturaleza de nuestra condición nos muestra a diario cuánto van cambiando nuestras creencias y las certezas que de ellas se desprenden. Este cambio es fruto de las nuevas relaciones mentales que hacemos con el conocimiento adquirido. La subjetividad que lleva a la creación de una creencia es la misma que nos hará modificarla muchas veces a lo largo de la vida.” (S.A. Klein).
  8. Lo anterior significa que nuestras “verdades” estarán siempre más o menos contaminadas por probabilidades e intereses cuanto menos. Somos humanos y limitados, es lógico que sea así. Estas “contaminaciones” darán lugar a un pensamiento que estará más o menos alejado de la “realidad objetiva”.
  9. Ni que hablar cuando nuestras percepciones están basadas en nuestros deseos psicológicos, esperanzas y temores y no en la realidad, en hechos. Es el caso de las creencias religiosas y las supersticiones en general. Aquí ya no hay confrontación con la realidad, las afirmaciones ya no son falsables, aquí creemos lo que queremos creer, lo que nos hace bien. Aunque a estas creencias las disfrazamos como podemos con relatos históricos, “filosofía”, testimonios tomados sin ningún rigor científico, no están basadas en hechos verídicos ni comprobables. O simplemente creemos en burdas supersticiones (horóscopo, borras de café, etc). Solo tienen el valor de mentiras que nos hacen bien, que queremos creerlas pero que no tienen asidero en la realidad.
  10. Concepción de vida. De concepto en concepto, vamos formando conjuntos de conceptos, algunos propios, otros ajenos. Ya no se distinguen unos y otros. Pero los adoptamos como ciertos. Pasan a formar parte de nuestras convicciones personales.
  11. Para poder confrontar nuestras convicciones con la realidad, debemos tener convicciones personales. Si salen bien de la confrontación con la realidad, se fortalecen. Si no, empezamos a dudar y a buscar un concepto que los reemplace y que soporte esa confrontación.
  12. Parte de estos conceptos son de tipo ético, porque parte de la realidad es la sociedad, a la que necesitamos. En ética empleamos concientemente o no el criterio de conveniencia social; para esto se debe tener una visión de lo que se cree más conveniente socialmente y esto es ya una toma de posición importante. Lo que creemos más conveniente socialmente (en determinado momento histórico), genera valores, que van a teñir toda nuestra concepción de vida.
  13. Imagínense la cantidad de conceptos que vamos acumulando desde chicos. Son parte de nuestro mundo. Es nuestro marco de referencia. Todo nuevo concepto lo confrontamos con la realidad y con nuestros mismos conceptos adquiridos anteriormente. Es un mundo. Este mundo forma lo que podemos llamar nuestra concepción de vida. Se ha ido formando mediante un proceso de percepciones, conceptos, selecciones y decisiones, basados en nuestra experiencia y en la ajena. En las selecciones y decisiones está involucrada nuestra personalidad y nuestra particular visión del mundo. Nuestros gustos de cómo debe ser la sociedad. También nuestros intereses.
  14. Este cúmulo de conceptos articulados son tan fuertes cuando ya han pasado muchas confrontaciones que los tomamos erróneamente como “verdaderos”, nos olvidemos de su contenido de plausibilidad, aunque gran parte de ellos estén basados solo en probabilidades o en posibilidades y distorsionados por nuestros intereses. Pasan a ser parte de lo obvio para nosotros, los sobreentendemos, los damos como ciertos. Son nuestro patrón. Solemos olvidarnos de su origen y de que son diferentes en distintas personas. Lo que se ajusta a ello es cierto, todo lo demás es erróneo.
  15. Tan es así que cuando discutimos con alguien no los explicitamos, damos por sobreentendido que son evidentes. Tendemos a creer que todos piensan igual cuando no que todos deben pensar igual. Sin embargo, frecuentemente son la razón de la falta de acuerdo en una discusión y la razón del “diálogo entre sordos”.  Cuando hay en una discusión diferencias que se repiten en el tiempo, si hay verdadero interés en comprender, se deben revisar los principios que cada uno tiene y desde los que uno parte.
  16. Conclusiones.  “La verdad”, ya sea en el campo de la ciencia, de la ética, de la filosofía, toma la categoría de una utopía porque es inalcanzable. Todo lo que hagamos tiene el sello de lo humano; y no hay otra cosa. La ciencia ha progresado; el método exitoso que ha empleado y que ha permitido sus logros es el método hipotético deductivo. Los resultados han sido hechos resultado de las teorías que se han elaborado. Pero esas teorías no son explicaciones sino modelos útiles. Aprendimos que una teoría se sostiene si es falsable o sea, comprobable mediante confrontación con la realidad. Y la misma falsabilidad es la que permite que más tarde podamos decir que hemos elaborado una teoría mejor, y así… La zanahoria es “la verdad”. Pero la verdad es realmente el método de conocimiento que nos permite avanzar.
Carlos Alberto Navarro

Más sobre creencias: http://www.redcientifica.com/doc/doc200809010008.html de Sergio Aranda Klein

10 de febrero de 2011

Lo natural

Hace unos días un amigo (J. Surraco) me comentaba qué poco comentarios que tenía en su blog, a pesar de la mucha gente que lo visitaba. Le dije que mi experiencia era igual. Entonces pensé en hacer un experimento con los lectores. Si, con ustedes mismos. Consiste en plantear un tema mediante un breve esquema en borrador, que es el que sigue abajo. Luego, publicarlo e invitarlos a desarrollar la temática según sus propias experiencias y conocimientos. Para hacerlo, pueden picar en "comentarios" y escribir sus opiniones o si lo prefieren enviar un email a tuconavarro@gmail.com . Salvo que me digan lo contrario, las publicaré a todas. Veamos qué pasa. Hasta pronto (espero no llevarme un chasco). 


Recomiendo leer también "Reflexiones sobre la teoría de la evolución" que está en la etiqueta "Evolución".

Tuco Navarro

Lo natural


  • Siempre me llamó la atención ver observaciones sobre las bondades de lo natural. Se dice “esta medicina es natural”, sobreentendiendo que por eso es mejor. Se alaba una forma de vida en contacto con la naturaleza como más sana.
  • Pero… qué es lo natural, o mejor planteado, qué no lo es? Que yo sepa, todo es natural y nada no lo es. Yo puedo preparar un compuesto químico en un laboratorio y eso es natural, nos guste o no. Es que el hombre también es natural y el resultado de su acción con el medio también lo es. El hombre es un animal y los animales son naturales. Los elementos de la tabla de Mendeleiev son naturales también.
  • Si, ya se, dirán que al hablar de lo natural estamos hablando desde el punto de vista de Darwin y de la selección natural cuyo resultado es mejor que lo que había anteriormente, que por eso es una selección. Si y no. No siempre el resultado de esa selección es mejor que lo anterior, pero en general es así. La vida animal y vegetal va en evolución en general. Que vaya en evolución no quiere decir que sea perfecta. Es como eso que nos suena a los argentinos: “estamos mal pero vamos bien”.
  • Que “estamos mal” quiere decir que la naturaleza no es perfecta. Si lo fuera, no se necesitaría la medicina, por ejemplo. Y que una infusión de un yuyo sea mejor que un medicamento es un despropósito (aunque esto también puede llegar a pasar en un mundo donde la ciencia está tan mercantilizada).
  • Cuando decimos que algo es natural, se quiere decir que es sin la intervención del hombre; ¿porqué? ¿El hombre no es natural? Y si consideramos a todos los productos del hombre y de la naturaleza como naturales, es que lo artificial entonces no existe. Somos parte de la naturaleza. Es más, en varios campos estamos reemplazando a la naturaleza, es un hecho que no se puede parar, entonces mejor dedicarnos a controlarlo, asumir nuestra enorme nueva responsabilidad y no dejar que tome el control la actividad privada, porque ésta solo se interesa por las ganancias y no de los seres humanos y su ambiente.
  • ¿Es que ya no funciona más la teoría de la evolución natural? Funciona, pero cada vez menos y nosotros los seres humanos somos los responsables de ello. Estamos ahora en la era de la postevolución.

31 de enero de 2011

El hombre y sus mitos

El hombre y sus mitos
Prefacio

Como soy conciente de que no le he dado a este estudio la seriedad académica que se merece, por ello pido se lo lea solo como un ejercicio de ficción (si es eso posible).

El hombre

Desde hace demasiado tiempo se ha tratado de estudiar al hombre y su comportamiento. Se ha intentado entenderlo diciendo que se “ha entregado” a cualidades sustantivadas, como la codicia, la envidia, el amor, el odio, etc. Se ha entregado como podemos entregarnos, alienarnos a un dios, a algo externo. Si, se ha tratado de ver los motivos en extremos externos al hombre, “que ha caído” en algunos de esos sustantivos. Tal cual los romanos o griegos antiguos podían entregarse a sus dioses, que casualmente representaban a atributos humanos  extremos.


Es decir, nos quitamos responsabilidad, decimos “se ha dejado ganar por” y luego viene el adjetivo sustantivado.

Se habla del “bien” y del “mal” como entes, se le atribuyen dioses inclusive.

Sabemos que lo que está bien es relativo, depende para quién está bien, en qué circunstancias. Lo que es bien para uno puede ser mal para otro. También lo que está bien y lo que está mal depende en una misma sociedad de la época de la que estamos hablando.

Si los motivos del comportamiento humano no son estos “dioses” externos a él, hay entonces que buscar los motivos en el hombre mismo y en las circunstancias que ha vivido.

Caliente, caliente, pero no basta. Habría que buscar los ejes motivadores de los cuales se derivan los demás (si los hay). Ver más en profundidad.

Las sospechas y una hipótesis

Ver más en profundidad es lo que permitió a “los maestros de la sospecha”, Marx, Nietzsche y Freud llegar a donde llegaron. Claro que tal vez nosotros no seamos ellos, pero tenemos una gran ayuda: Darwin.

Llegados acá podríamos sentar una hipótesis, una gran hipótesis: que para entender los comportamientos humanos debemos considerar que todos los comportamientos del hombre giran alrededor de una finalidad principal para la que parecemos estar como programados de antemano: sobrevivir como especie.

¿Por qué esta hipótesis y no otra? Porque si hemos sobrevivido como especie durante más de 2 millones de años a pesar de ser tan débiles físicamente, es muy plausible que la hipótesis sea cierta, sino no estaríamos acá.

Además, si nos fuera posible construir un robot parecido a un ser humano y hubiera que programarlo, lo primero que se nos ocurriría sería imponerle como primer objetivo que se autoconserve como especie, o sea, que sus actos no atenten contra su seguridad (salvo que esto no nos convenga a los humanos).



Un amigo (Juan K.) me hizo la observación de que porqué esta hipótesis para los seres humanos y no para todos los animales. Si, tiene razón. Pero lo que nos interesa aquí son los seres humanos y quiero destacar una base para entender la mayor parte de las actitudes humanas, por eso solo hablaremos aquí del hombre. 

Consecuencias de la hipótesis

Viéndolo así, no parece descabellada la importancia que Freud le da al sexo en el comportamiento humano, porque sin sexo no hay supervivencia. Tampoco la búsqueda de poder de la que hablaba Nietzsche, porque sin poder no hay seguridad y sin seguridad es muy difícil la supervivencia.

Al ser el hombre un animal depredado, porque su cuerpo es débil, la mejor solución para la supervivencia es la agregación, o sea la vida en sociedad. Es primitivamente una conveniencia.

La necesidad asociativa del hombre, porque es débil físicamente, es importante para la supervivencia. El ansia de poder, en todas sus graduaciones, es algo natural y necesario también. Me refiero a dominar situaciones, desde las más insignificantes a las más importantes. Son las que generan seguridad.

Por búsqueda de poder significamos búsqueda de control en todos los niveles, poder con nuestros hijos, con nuestros compañeros, etc. Dominar situaciones (aunque aparentemos apertura a los deseos de otros), desde las menores a las más grandes.

Otra cualidad importante para la supervivencia es la capacidad de adaptabilidad a distintas circunstancias, y el hombre parece ser un campeón en este sentido. Ante nuevas circunstancias, rápidamente elige nuevas actitudes e imagina las justificaciones útiles; si, así, en ese orden; primero están los intereses personales, después la justificación de las actitudes. Esto es así porque primero está la supervivencia y después vienen los conceptos que hacen a nuestra concepción del mundo. De ese mundo. La concepción del mundo guía nuestros actos.

Para darse una idea de lo que hablo, pensemos en los alemanes durante el nazismo; casi todos supieron acomodarse a la situación en el nazismo para poder sobrevivir; y vaya si han habido de las más diversas justificaciones. Pasada la guerra, abandonaron sus actitudes anteriores y “volvieron a la normalidad” como si nada hubiera pasado. Fue un pasado que conviene olvidar.

De la hipótesis que estamos considerando surge la necesidad de asociación y la necesidad de acción individual que hace al poder individual. Pero estas dos necesidades son contradictorias. Es que esta gran contradicción es también atributo del hombre, me refiero a la contradicción entre necesidad de asociatividad vs. necesidad de adquirir poder individual. Algunos le llaman sociedad vs. individuo, es lo mismo. Son dos necesidades contradictorias, derivadas de una sola: la supervivencia de la especie.

El capitalismo necesita de la asociación y al mismo tiempo de la competencia.

Y en esta contradicción permanente se desarrolla nuestra vida, podríamos decir que es lo que explica nuestras actitudes. Estamos, vivimos haciendo equilibrio entre estos dos conceptos. Y este equilibrio exige cambio constante porque las situaciones cambian.

Tampoco parece difícil de entender desde esta óptica la explotación capitalista denunciada por Marx, el hombre explotando al hombre y colaborando a la larga con él.

Vergüenza


Pero esta realidad de ser seres “programados” detrás del objetivo de sobrevivir (nuestra hipótesis) nos da vergüenza, no podemos ser tan simples, queremos ocultarlo. Ser solo un organismo con un fin mezquino no es agradable. Esperábamos más, históricamente nos ilusionamos con más y estamos engreídos. Por eso creamos cuentos, elaboramos mitos que queremos creer. Que lindo si fuera así... Nuestro fin es uno superior al de solo sobrevivir… Nuestra motivación es… el amor… por ejemplo, qué lindo…condice con toda la tradición. No competimos, colaboramos. No somos egoístas, sino altruistas. Nos hacemos los estúpidos, no vemos lo que realmente tenemos delante de las narices, que nos movemos detrás de nuestros intereses y solo vemos lo que queremos imaginar. Solo que en épocas de bonanzas podemos disimularlo mejor. Cuando hay escasez no tanto. Se nos ve la hilacha. Tampoco cuando estamos por recibir una herencia…


En realidad y viéndolo fríamente, no tenemos otro proyecto fundamental más que sobrevivir, o sea, no tenemos nada; la nada es lo que está más próximo a nosotros. No, no lo podemos admitir.

Por suerte, inventamos objetivos “importantes”. Y esos objetivos nos hacen actuar. Jugamos. Nos construimos fines. Inventamos el arte, lo disfrutamos y nos damos empresas para estar ocupados. Cuando más ocupados mejor. Tenemos conciencia de ser algo distinto a lo demás de la naturaleza y al mismo tiempo no nos gusta sentirnos así, separados, preferiríamos estar integrados en la naturaleza; y es mediante la acción (adquisición de conocimiento, modificación de lo natural) que nos sentimos bien, integrados, es decir, dominando (cuando no) la naturaleza (E. Fromm).

Somos muy problemáticos. Queremos integrarnos en la naturaleza y por otro lado nos gusta sentirnos diferentes y capaces de cambiar la naturaleza. Y lo hacemos, para bien o para mal. Tan es así que con nosotros ya la selección natural darwiniana no funciona más. Es más, estamos reemplazando a la selección natural de todos los animales y plantas con nuestra ciencia. Y así como la naturaleza comete errores, también nosotros podemos cometerlos…Espero que se demore mucho el momento en que hagamos una gran macana. Pero pensándolo bién, la naturaleza por sí sola ya hace macanas: terremotos, huracanes, por ejemplo.

Valores


Pero para poder vivir en sociedad hacen falta reglas; aunque no bastan. Hacen falta también valores, que son los que le dan sentido y fijan a las reglas. Es que no se trata solamente de reglas escritas, están también las leyes tácitas, las aceptadas por gran parte de la sociedad. En las tácitas encontramos la ética, nuestra ética personal. En las escritas la moral de una cultura.


En épocas primitivas algunos valores estaban principalmente relacionados con la defensa de la comunidad: el coraje, las habilidades guerreras (no solo para defenderse sino para conquistar), la sabiduría, la fidelidad a la tribu, ciudad, etc. Eran herramientas útiles a esa sociedad.

Después los valores fueron cambiando, así ahora son valores importantes estos otros: la competitividad, el afán de lucro, ser famoso, exitoso. En definitiva lo importante no son los valores en sí mismos sino la utilidad que tienen en cierto momento en una sociedad. Los que mencioné son de la sociedad capitalista.

Con los valores se construyen los principios éticos que tienen como misión muy importante en la sociedad el de darnos una seguridad sobre las actitudes que pueden adoptar las demás personas. Al poder predecir los límites de las actitudes ajenas, limitamos el azar y logramos seguridad y confianza en el prójimo. Ésta es la base de la prosperidad de una sociedad. Es que la confianza en el prójimo es la base de una sociedad para ser próspera y solidaria.

El concepto de nosotros

También hacía falta poner límites a lo que consideraríamos como “nosotros”, porque los bienes eran limitados. Había que tener un principio excluyente. Los dignos éramos esos “nosotros” solamente, el resto eran “bárbaros”, por ejemplo.

Una forma de preservar a la propia sociedad fue diferenciarnos de otras sociedades basándonos en cualquier criterio excluyente, para no tener que compartir lo que era escaso. Ese criterio excluyente puede ser una diferencia de aspecto (fenotipos), la lengua que se habla, el lugar en que se habita, etc. Son pretextos en realidad. La cuestión es diferenciarse. Se crea así un  concepto de dignidad conveniente que marca los límites del “nosotros”.

Por ejemplo en la Grecia Antigua, los dignos eran los Atenienses en primer lugar.

Actualmente hemos llegado a una situación en que estamos luchando para imponer el criterio más sustentado universalmente: el digno es el ser humano, sin hacer depender este concepto de ningún otro atributo. Hasta se está hablando de “los derechos de los animales”; claro que todos ellos no pueden llegar a ser dignos alguna vez, porque nos moriríamos de hambre, no?…

Así también, si llegáramos en el futuro (no lejano) a situaciones críticas por escasez de alimentos o cualquier otro bien fundamental (agua, petróleo, etc), podría llegarse a estrechar el concepto de dignidad en los hechos y posteriormente surgirá una “teoría” que avale esa posición y justifique la mezquindad. Es simple y espantoso: somos pragmáticos. Espantoso porque hemos querido creer que no lo éramos.

Anquilosamiento

 Pasando el tiempo, las reglas y valores útiles se transforman en paradigmas indiscutibles. Se pierde la noción de los porqués. Se habla de la “naturaleza humana” o “de la moral impuesta por Dios”.  Es consecuencia del pensamiento acrítico y conformista.

Siguiendo esta imaginería, se habla de patriotismo, del amor, de la bondad, de la maldad, del altruismo. Estos conceptos toman vida propia, separándose de las necesidades que los originaron. Para que perduren, hace falta que se transformen en mitos, en verdades incuestionables. Y así fue en general.

Otra perspectiva para algunos conceptos habituales

Pero veamos otra forma de analizar algunos conceptos usuales en base a la hipótesis inicial.

Amor. Sería una atracción entre dos personas o entre una persona y alguna actividad que causa satisfacción. La atracción entre dos personas puede estar fundada en el sexo (reproducción) y en la posibilidad de complementarse y/o aguantarse. Atracción por su propia familia, su propiedad, hecha a su deseo.

Egoísmo. El egoísmo también permite entender el amor. Todos somos, nacemos egoístas, no lo podemos negar ni evitar. Es una propiedad innata del ser humano. De esto partimos. Es una ley de la supervivencia que hace que cuidemos de nosotros mismos. Lo primero que existe soy yo (y mi mamá). A medida que crecemos y nos relacionamos, aprendemos a ampliar este egoísmo, porque ahora nos interesan también las otras personas próximas que son de mi mayor interés. Pero el egoísmo no desaparece en realidad. No puede desaparecer, porque tenemos conciencia de nosotros mismos, pensamos en nosotros mismos. Ahora es un egoísmo transformado, porque las personas que queremos han pasado a formar parte de mí mismo, son parte de mi propio interés. Aunque el egoísmo básico sigue estando. Y es saludable que esté. Es el que hace que nos amemos. Si no nos amamos, no podemos amar a los demás.

Bondad. Se habla de bondad y no podemos dejar de pensar en la idea de Dios. “Estamos hechos a su imagen y semejanza” o algo así. Pensémoslo de otra forma. Una actitud puede reflejar bondad si a otra persona le conviene. Mejor sería decir “esa actitud es buena para…”, porque depende de las circunstancias. Estamos impregnados de mitos. Nos resulta difícil pensar de un modo diferente de los conceptos judeo-cristianos, aunque seamos ateos.

Hasta aquí esta “fantasía”. Si al lector se le ocurren otros ejemplos de actitudes que se explicarían a partir de la hipótesis planteada de que estamos especialmente programados para sobrevivir como especie, por favor comunicárnoslo.

Pero me parece por lo visto hasta el momento que partiendo de ese principio nos explicamos más fácil (aunque crudamente) las actitudes humanas (y nos evitamos muchos desengaños).


RAE:

mito1.
(Del gr. μῦθος).
1. m. Narración maravillosa situada fuera del tiempo histórico y protagonizada por personajes de carácter divino o heroico. Con frecuencia interpreta el origen del mundo o grandes acontecimientos de la humanidad.
2. m. Historia ficticia o personaje literario o artístico que condensa alguna realidad humana de significación universal.
3. m. Persona o cosa rodeada de extraordinaria estima.
4. m. Persona o cosa a las que se atribuyen cualidades o excelencias que no tienen, o bien una realidad de la que carecen.


Aclaraciones sobre “El hombre y sus mitos”.


Creo que una dificultad en toda comunicación no es tanto como se dice lo que se dice, sino lo que no se dice, o sea los presupuestos desde los que se hace la elaboración. Son lo que se piensa (incorrectamente como) obviedades y por eso no se dicen. Pueden no ser necesarias decirlas en ciertos círculos donde ya se han hablado mucho ciertos temas y creemos erróneamente que ése es el “universo”. Es el problema de los supuestos. Escribo esto por una observación de un amigo, el que me dijo que no se entiende bien el artículo que publiqué en el blog.

Por este motivo, trataré de descubrir cuáles son esas obviedades en el caso de mi artículo “El hombre y sus mitos”:

  • El método hipotético deductivo (MHD) es el único método de conocimiento que ha arrojado hasta ahora resultados positivos o sea prácticos para el hombre en su relación con la naturaleza. En la naturaleza entendemos comprendido al mismo hombre.
  • Este método MHD indica que una afirmación, para ser valedera, debe ser falsable, es decir contrastable con la realidad.
  • No hay absolutos, porque para ver si vale la pena hablar de ellos, que son una suposición humana, tendrían que ser falsables.
  • Si las “verdades” dichas por el hombre se tomaran como absolutas, ya no serían falsables, por lo tanto es un absurdo decir que una teoría “es verdadera”; lo correcto es decir que es un modelo (provisorio) (hasta que se encuentre otro mejor).
  • No existen ni el espíritu ni el alma, porque no son comprobables y no hacen falta para explicar la actividad de la mente. Son en realidad una complicación innecesaria.
  • La teoría generalizada de la evolución actual (es más que la de Darwin solamente) es la mejor que hay hasta ahora y parece correcto que la naturaleza selecciona por el método de prueba y error, pero no se le debe dar a la naturaleza ningún carácter de ente con espíritu o cosa por el estilo.
  • De la teoría de la evolución surge que parece que todos los organismos vivos están como programados para sobrevivir, como primer objetivo. Por eso son tan importantes el hambre, el sexo y la asociación humana, que hacen hacia ese objetivo.
  • Si partimos de lo anterior, podemos entonces presumir que la necesidad de supervivencia es importante para explicar las actitudes humanas. Que vivimos en sociedad y nos comemos unos buenos asados (por lo menos aquí) ya lo sabemos.
  • Qué fácil que resulta así explicar el afán de ganancia del capitalista, la actitud de los herederos, las actitudes humanas ante una situación de carencia, etc. Aunque algunos ante tales situaciones actúen solidariamente, es solo hasta que apriete más el zapato.
  • Y nosotros qué somos? Sólo eso, un animal programado? Sí, parece que sí, pero tenemos nuestras libertades, nuestra cultura, gozamos de las artes y del buen vino. Podemos aprovechar para vivir socialmente y gozar de la vida, al menos hasta que vuelvan las carencias. Es así que es como si hubiéramos sido “arrojados” al mundo y nos hubieran dicho “arreglesenlás como puedan”.

En cuanto a los mitos, les llamo así, no se si correctamente, a los “sapos” que nuestra sociedad judeo-cristiana se traga en cuanto a las razones de las actitudes humanas. Mejor dicho, los queremos tragar, queremos creer en el cuento del amor (heredado de dios?), por ejemplo. Yo al menos al amor (atracción) lo veo como la ampliación de el egoísmo individual originario. Primero, de chicos, queremos (a mí y a mi mamá), luego ampliamos el círculo del egoísmo individual a los miembros de la familia. Luego a los amigos, Al barrio, a la ciudad, a la nación (concepto de patria), nos hacemos más universales, nos preocupa la vida de la gente de los países vecinos y de los que tenemos más relación, y así. No será una visión tan linda pero creo que es más realista. ¿O es que queremos auto engañarnos?

En definitiva, al hombre lo mueven sus intereses. Feo, verdad? Es porque estamos acostumbrados a verlo desde la perspectiva que nos inventamos. Repito, no se qué nombre darle a los conceptos en los que el hombre quiere creer, así que le llamé mitos (hasta que haya una sugerencia mejor).

 Tuco Navarro



Artículo relacionado:

http://situacionismo.blogspot.com/search/label/Supervivencia%20dignidad%20y%20otras%20yerbas



Sé todos los cuentos

Yo no sé muchas cosas, es verdad.
Digo, tan solo lo que he visto.
Y he visto:
Que la cuna del hombre la mecen con cuentos…
Que los gritos de angustia del hombre los ahogan con cuentos…
Que el llanto del hombre lo taponan con cuentos…
Que los huesos del hombre los entierran con cuentos…
Y que el miedo del hombre…
Ha inventado todos los cuentos.
Yo sé muy pocas cosas, es verdad.
Pero me han dormido con todos los cuentos…
Y sé todos los cuentos. Se solo lo que he visto.
Y he visto:
Que la cuna del hombre la mecen con cuentos…
Que los gritos de angustia del hombre los ahogan con cuentos…
Que el llanto del hombre lo taponan con cuentos…
Que los huesos del hombre los entierran con cuentos…
Y que el miedo del hombre…
Ha inventado todos los cuentos.
Yo sé muy pocas cosas, es verdad.
Pero me han dormido con todos los cuentos…
Y sé todos los cuentos.

León Felipe - Poemario, Parábola y Poesía

29 de octubre de 2010

Néstor Kirchner


NÉSTOR KIRCHNER

por Mempo Giardinelli
Escribo esto en caliente, en la misma mañana de la muerte anunciada de Néstor Kirchner, y ojalá me equivoque. Pero siento dolor y miedo, y necesito expresarlo.  
Pienso que estos días van a ser feísimos, con un carnaval de hipocresía en el Congreso, ya van a ver. Los muertos políticos van a estar ahí con sus jetas impertérritas. Los resucitados de gobiernos anteriores. Los lameculos profesionales que ahora se dicen "disidentes". Los frívolos y los garcas que a diario dibujan Rudi y Dany. Todos ellos y ellas. Caras de plástico, de hierro fundido, de caca endurecida. Aplaudidos secretamente por los que ya están emitiendo mailes de alegría feroz.

 Los veremos en la tele, los veo ya en este mediodía soleado que aquí en el Chaco, al menos, resplandece como para una mejor causa. 

Siempre dije y escribí que no me gustaba su estilo medio cachafaz, esa informalidad provocadora que lo caracterizaba. Su manera tan peronista de hacer política juntando agua clara y aceite usado y viscoso. 

 Pero lo fui respetando a medida que, con un poder que no tenía, tomaba velozmente medidas que la Argentina necesitaba y casi todos veníamos pidiendo a gritos. Y que enumero ahora, porque en el futuro inmediato me parece que tendremos que subrayar estos recuentos para marcar diferencias. 

 Fue él, o su gobierno, y ahora el de Cristina:

 —El que cambió la política pública de Derechos Humanos en la Argentina. Nada menos. Ahora algunos dicen que estar "hartos" del asunto, como otros criticaron siempre que era una política más declarativa que otra cosa. Pero Néstor lo hizo: lo empezó y fue consecuente. Y así se ganó el respeto de millones.
  —El que cambió la Corte Suprema de Justicia, y no importa si después la Corte no ha sabido cambiar a la justicia argentina.           
 —El que abrió los archivos de los servicios secretos y con ello reorientó el juicio por los atentados sufridos por la comunidad judía en los '90. 
 —El que recuperó el control público del Correo, de Aguas, de Aerolíneas.           
 —El que impulsó y logró la nulidad de las leyes que impedían conocer la verdad y castigar a los culpables del genocidio. 
 —El que cambió nuestra política exterior terminando con las claudicantes relaciones carnales y otras payasadas. 
 —El que dispuso una consecuente y progresista política educativa como no tuvimos por décadas, y el que cambió la infame Ley Federal de Educación menemista por la actual, que es democrática e inclusiva. 
 —El que empezó a cambiar la política hacia los maestros y los jubilados, que por muchos años fueron los dos sectores salarialmente más atrasados del país. 
 —El que cambió radicalmente la política de Defensa, de manera que ahora este país empieza a tener unas Fuerzas Armadas diferentes, democráticas y sometidas al poder político por primera vez en su historia. 
 —El que inició una gestión plural en la Cultura, que ahora abarca todo el país y no sólo la Ciudad de Buenos Aires.           
 —El que comenzó la primera reforma fiscal en décadas, a la que todavía le falta mucho pero hoy permite recaudaciones récord. 
 —El que renegoció la deuda externa y terminó con la estúpida dictadura del FMI. Y por primera vez maneja el Banco Central con una política nacional y con record de divisas.           
 —El que liquidó el infame negocio de las AFJP y recuperó para el Estado la previsión social.           
 —El que con la nueva Ley de Medios empezó a limitar el poder absoluto de la dictadura periodística privada que todavía distorsiona la cabeza de millones de compatriotas.  
—El que impulsó la Ley de matrimonio igualitario y mantiene una política antidiscriminatoria como jamás tuvimos. 
 —El que viene gestionando un crecimiento económico de los más altos del mundo, con recuperación industrial evidente, estabilidad de casi una década y disminución del desempleo. Y va por más, porque se acerca la nueva legislación de entidades bancarias, que terminará un día de estos con las herencias de Martínez de Hoz y de Cavallo. 

 Néstor lo hizo. Junto a Cristina, que lo sigue haciendo. Con innumerables errores, desde ya. Con metidas de pata, corruptelas y turbiedades varias y algunas muy irritantes, funcionarios impresentables, cierta belicosidad inútil y lo que se quiera reprocharles, todo eso que a muchos como yo nos dificulta declararnos kirchneristas, o nos lo impide. 

 Pero sólo los miserables olvidan que la corrupción en la Argentina es connatural desde que la reinventaron los mil veces malditos dictadores y el riojano ídem. 

 De manera que sin justificarle ni un centavo mal habido a nadie, en esta hora hay que recordarle a la nación toda que nadie, pero nadie, y ningún presidente desde por lo menos Juan Perón entre el 46 y el 55, produjo tantos y tan profundos cambios positivos en y para la vida nacional. 

 A ver si alguien puede decir lo contrario. 

 De manera que menudos méritos los de este flaco bizco, desfachatado, contradictorio y de caminar ladeado, como el de los pingüinos.
           
 Sí, escribo esto adolorido y con miedo, en esta jodida mañana de sol, y desolado también, como millones de argentinos, un poco por este hombre que Estela de Carlotto acaba de definir como "indispensable" y otro poco por nosotros, por nuestro amado y pobrecito país. 
          
 Y redoblo mi ruego de que Cristina se cuide, y la cuidemos. Se nos viene encima un año tremendo, con las jaurías sedientas y capaces de cualquier cosa por recuperar el miserable poder que tuvieron y perdieron gracias a quienes ellos llamaron despreciativamente "Los K" y nosotros, los argentinos de a pie, los ciudadanos y ciudadanas que no comemos masitas envenenadas por la prensa y la tele del sistema mediático privado, probablemente y en adelante los recordaremos como "Néstor y Cristina, los que cambiaron la Argentina". 

 Descanse en paz, Néstor Kirchner, con todos sus errores, defectos y miserias si las tuvo, pero sobre todo con sus enormes aciertos. Y aguante Cristina. Que no está sola. 
          
 Y los demás, nosotros, a apechugar. ¿O acaso hemos hecho otra cosa en nuestras vidas y en este país? •

Por Mempo Giardinelli

18 de octubre de 2010

Manipulación mediática


La manipulación

Veamos el significado de manipulación según la RAE:
manipular.
(Del lat. manipŭlus, manojo, unidad militar, y en b. lat. el ornamento sagrado).
1. tr. Operar con las manos o con cualquier instrumento.
2. tr. Trabajar demasiado algo, sobarlo, manosearlo.
3. tr. Intervenir con medios hábiles y, a veces, arteros, en la política, en el mercado, en la información, etc., con distorsión de la verdad o la justicia, y al servicio de intereses particulares.
4. tr. coloq. Manejar alguien los negocios a su modo, o mezclarse en los ajenos.
Y ahora veamos quiénes manipulan la información. Podría pensarse que es una actividad reservada a los grandes poderes mediáticos, pero no lo es, por lo menos los argentinos realizamos manipulación de la información en todo momento, en casi todas las actividades. No se si será posible evitarlo, si alguna sociedad puede estar libre de esta actitud.  Veamos algunos ejemplos, de miles que se pueden dar.

El maestro o el profesor, dan la información pertinente a sus alumnos en un cierto orden, para lograr el efecto (un proceso) deseado y asegurar una mejor comprensión; a mi amigo del primario no le digo que Carla me invitó a su fiesta, porque no se si a él lo invitó y no quiero que se disguste; a mi mamá no le informo de mi nueva novia, porque no quiero que se meta en nuestra relación; a mis compañeros de negocio no les informo de la feria que se hará en Pilar para que no tengan tiempo de ir y competir conmigo; a mi señora no le digo que tendré que trabajar el sábado, para que no se disguste, se lo diré el viernes a la noche; etc; etc; nos la pasamos callando información, o no destacando concientemente su importancia real; o mezclándola con otra para desviar la atención. En todos los casos, simulamos no hacerlo, simulamos ser transparentes e imparciales.

En todos esos casos estamos manipulando información con un objetivo personal, interesado, pero simulando no hacerlo.

Veamos algunas de las formas más comunes de manipulación de la información:

  • Callar una información o postergar el momento de dar a conocerla.
  • Jugar con los titulares, dando en pocas palabras una interpretación posible e interesada (la primera impresión es la que más impacta).
  • Plantear un tema de discusión y estudiar detenidamente los participantes a invitar, de forma que dando una impresión de imparcialidad y apertura, gane o convenza más la postura que convenga al medio.
  • Sugerir, al hacer preguntas, la respuesta; al interpelado se lo toma por sorpresa y antes de que piense, ya tiene la respuesta.
  •  Dar gran tamaño e importancia a la información que conviene a los intereses del medio; a la que nó, no dejar de ponerla, pero con menos relevancia.
  • Jugar con la ironía en los titulares, que es una forma muy corrosiva de desmerecer un hecho, que da salida a la indignación o a la hilaridad.
  • Dar información superficial o confusa, eso si con profusión de gráficos para aparentar seriedad y profundidad.
  • Utilizar el aspecto emocional del espectador mucho más que el racional.
  • No interesa difundir tanto la verdad, que a veces es complicada, sino lo que aparente ser la verdad y provoque en el espectador un sentimiento de adhesión y seguridad. Es decir, mostrar lo que en realidad quiere ver el espectador.
  • Ocultar estas reglas no escritas.
  • Y así podríamos seguir con esta lista con todas las formas imaginables de manipulación mediática.

La ética de la manipulación

Como vimos, la manipulación es demasiado frecuente en nuestra sociedad, es imposible evitarla. Pero hay grados; al profesor se lo entiende porque su fin es noble. Si no queremos amargar innecesariamente la jornada a una persona, podemos postergar una novedad desagradable; un hincha de fútbol callará los defectos de su equipo ante los hinchas de otro equipo; se entiende y no tiene importancia.

Pero en los políticos o en los medios de comunicación masiva la manipulación de la información toma otro cariz.

Cuando habla un político sabemos que está defendiendo a su partido, así que no podemos esperar mucho en cuanto a que sea fiel a la verdad. Defenderá sus intereses, en general.

Si un medio de información masiva expresa claramente cuáles son sus intereses, qué es lo que defiende, sabremos qué esperar de su información. Valoraremos cuando diga una verdad que no le convenga, etc.

Pero lo más nefasto es un medio que se diga “imparcial”, porque la imparcialidad no existe. Quiere decir que está ocultando sus intereses, aparentando “objetividad” mientras manipula la información. Es preferible un medio que diga francamente qué defiende a un medio que haga gala de “múltiple” pero que aplique las reglas de la manipulación, negándolo.

Es lo que ocurre con el multimedio Clarín en Argentina. Más información sobre el multimedio: http://es.wikipedia.org/wiki/Grupo_Clar%C3%ADn .

Y aparentemente es lo que sucede, en otro campo, con el INDEC, Instituto Nacional de Estadísticas y Censos de Argentina, que debería ser un organismo estrictamente técnico. Pero desde la intervención del organismo se vino abajo su credibilidad, lo que fue a su vez muy bien aprovechado por la oposición, que no duerme y saca gran partido de ello.

Democracia e información

La democracia necesita de una buena información. No podemos sacar buenas conclusiones con información manipulada.

Por otro lado, la manipulación en la información y en los partidos políticos lleva a una disminución de la confianza y el optimismo social (“sociedad de cuarta…”, “que se vayan todos…”, etc.) y en definitiva disminuye el Capital Social tan importante para el desarrollo de un país.

Aparentemente la mejor forma de democratizar las comunicaciones es distribuyendo las vías de comunicación pública en distintos tipos de actores sociales. Que no tengan demasiada preponderancia o casi exclusividad los medios que dispongan de capital monetario sino que se tengan en cuenta también la diversidad de intereses y ópticas culturales o ideológicas.

Los sectores que se han opuesto a la Ley de Medios de Argentina no lo han hecho tratando de mejorarla sino de detenerla para que no se rompa el status quo actual de monopolios de medios.

Carlos A. Navarro
2010